Joaquín Ferrer Miñana

L'Alcora (Castelló/Castellón) 1749 - L'Alcora (Castelló/Castellón) 1837

Por: Isabel Tejeda

Aunque desconocemos las fechas y lugar de nacimiento y defunción del escultor Joaquín Ferrer Miñana, sabemos que estuvo trabajando en los años ochenta y noventa del siglo XVIII en la Real Fábrica de Loza y Porcelana de L’Alcora (Castelló/Castellón). Su padre, el ceramista Vicente Ferrer Beltrán, trabajó también en la fábrica, al igual que sus hermanos Vicente y Josep (pintor miembro de la Academia de San Carlos de València, que fundó la fábrica de Ribesalbes en 1780). Con estos cuatro artistas se inició una importante saga de escultores que continúa a día de hoy.

La Real Fábrica fue una manufactura real creada en 1727 por el IX conde de Aranda, Buenaventura Ximénez de Urrea y Abarca de Bolea, en L’Alcora, tierra rica en arcillas y alfares; sin embargo, sería su hijo, el X conde de Aranda, el que potenció la empresa. Pedro Pablo Abarca de Bolea tuvo un papel político esencial en los gobiernos tanto de Carlos III como de su hijo Carlos IV, siendo nombrado embajador en París hasta 1787. En la capital francesa estaba de moda la fabricación de bustos en cerámica, así como la escultura decorativa de pequeño formato en porcelana de Sévres, lo que impulsó el apoyo del conde a la empresa iniciada por su padre al volver a España.

Ferrer debió de formarse con los importantes ceramistas traídos de Francia, Alemania y Suiza, que fueron contratados por la fábrica y que se movían dentro de las formas barrocas y rococós. Además de los retratos que realizó al conde de Aranda, se conocen de su mano algunas reproducciones en pequeño tamaño de importantes esculturas como La lucha del león (1789) en tierra de pipa, o el Toro Farnesio (junto a Julián López y de fecha similar), piezas decorativas que eran bastante populares en los salones dieciochescos.