Se formó como psicólogo en la Universidad del País Vasco, aunque su trayectoria viró muy pronto hacia las artes visuales. Ha sido profesor de Fotografía, Cine y Vídeo en varios centros y escuelas de artes visuales y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Bilbao. Ya en 1990 fue seleccionado como fotógrafo para participar en «Cuatro direcciones: fotografía contemporánea española (1970- 1990)». Organizada por Lunwerg y por el Museo Reina Sofía en Madrid (1991), esta exposición de tesis contó con gran visibilidad nacional e internacional por su larga itinerancia. Ha realizado igualmente trabajos de producción y gestión cultural en el País Vasco a través de la asociación Okupgraf, junto a Marian Larzabal.
Su trabajo creativo se ha centrado fundamentalmente en la fotografía, el vídeo y el cine. Respecto a la fotografía, Iñigo Royo realiza una obra compleja, encadenando imágenes que construyen un relato al tiempo que plantea dichos relatos como una aporía, ya que sus imágenes intentan narrar conscientemente lo que no se puede narrar: «Mi trabajo habla de la imposibilidad de fotografiar, de sacar fotografías que no son más que ridículos acercamientos». De vocación duchampiana, Royo se nutre de la paradoja y la contradicción, y presenta objetos como arte al tiempo que los niega como tal.
Iñigo Royo ha realizado muestras individuales en el Museo de Arte e Historia de Durango (Bizkaia, 1990); la Sala Rekalde (Bilbao, 1993); la Fundación Botín de Santander (2006); el Archivo General de Gizpuzkoa (Tolosa, Gipuzkoa, 2006); la Tabakalera (Donostia/San Sebastián, 2008); el Koldo Mitxelena Kulturunea (Donostia/San Sebastián, 2015); y el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz (2016). Obtuvo el Premio Jóvenes Fotógrafos del Ministerio de Cultura en 1988; la Beca de Promoción Artística de la Diputación Foral de Gipuzkoa en 1999; y la Beca de la Fundación Botín en el curso 2000-2001. Ha participado en la Bienal de Barcelona (1989).
Se formó como psicólogo en la Universidad del País Vasco, aunque su trayectoria viró muy pronto hacia las artes visuales. Ha sido profesor de Fotografía, Cine y Vídeo en varios centros y escuelas de artes visuales y en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Bilbao. Ya en 1990 fue seleccionado como fotógrafo para participar en «Cuatro direcciones: fotografía contemporánea española (1970- 1990)». Organizada por Lunwerg y por el Museo Reina Sofía en Madrid (1991), esta exposición de tesis contó con gran visibilidad nacional e internacional por su larga itinerancia. Ha realizado igualmente trabajos de producción y gestión cultural en el País Vasco a través de la asociación Okupgraf, junto a Marian Larzabal.
Su trabajo creativo se ha centrado fundamentalmente en la fotografía, el vídeo y el cine. Respecto a la fotografía, Iñigo Royo realiza una obra compleja, encadenando imágenes que construyen un relato al tiempo que plantea dichos relatos como una aporía, ya que sus imágenes intentan narrar conscientemente lo que no se puede narrar: «Mi trabajo habla de la imposibilidad de fotografiar, de sacar fotografías que no son más que ridículos acercamientos». De vocación duchampiana, Royo se nutre de la paradoja y la contradicción, y presenta objetos como arte al tiempo que los niega como tal.
Iñigo Royo ha realizado muestras individuales en el Museo de Arte e Historia de Durango (Bizkaia, 1990); la Sala Rekalde (Bilbao, 1993); la Fundación Botín de Santander (2006); el Archivo General de Gizpuzkoa (Tolosa, Gipuzkoa, 2006); la Tabakalera (Donostia/San Sebastián, 2008); el Koldo Mitxelena Kulturunea (Donostia/San Sebastián, 2015); y el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz (2016). Obtuvo el Premio Jóvenes Fotógrafos del Ministerio de Cultura en 1988; la Beca de Promoción Artística de la Diputación Foral de Gipuzkoa en 1999; y la Beca de la Fundación Botín en el curso 2000-2001. Ha participado en la Bienal de Barcelona (1989).