Puede parecer casual, aunque es significativo, que Mutiu, nombre tras el que se esconde Ignacio Bautista Martínez, cursara Biblioteconomía y Documentación en la Universidad Carlos III antes de licenciarse en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Se traduce en su interés por el archivo y la catalogación de pequeños hechos cotidianos que descontextualiza y a los que confiere una nueva lectura, muchas veces crítica. Al artista le gusta observar los comportamientos que tenemos ante las cosas que nos pasan y cuestionar todo aquello que se da por hecho, tratando de verlo desde nuevos puntos de vista. Las imágenes que encuentra en la prensa o en internet le sirven para reflexionar sobre el papel que se le ha otorgado en la modernidad a la obra de arte como representación de lo real, que hoy vive condicionada por los medios de comunicación. Aunque la presentación muchas veces enfatiza el sentido poético y lúdico, el artista lanza mensajes mucho más políticos, como el control de la acción personal, el dominio de las libertades o la capacidad de moldear los gestos que nos singularizan como sujetos.
En sus obras, el artista infunde la sospecha. Nunca parece contarlo todo, pero manifiesta más de lo que aparenta. Altera la supuesta normalidad de las imágenes y arroja la duda sobre nuestra mirada, cambiando contextos y escalas, y provocando fisuras en el sistema convencional de la percepción. Un juego sutil y complejo de reajuste en el que siempre hay que despejar una incógnita. En palabras de Bautista: «Mi trabajo habla de esperar que algo pase, creer que no va a salir como se supone que sería lo correcto, y no obstante encontrar un aspecto poético en la contemplación del error».
Entre sus exposiciones destacan «Proyecto Iceberg», en Matadero (Madrid, 2012); «Casa Leibniz», en el Palacio de Santa Bárbara (Madrid, 2015); «Plan de regulación», en Cruce (Madrid, 2015); y «Generaciones 2016», en La Casa Encendida (Madrid, 2016). Mutiu ha sido premiado en varias ocasiones: consiguió una mención de honor en el Premio ABC de Arte en Arco (Madrid, 2009); en 2010 y 2014 fue galardonado con el Premio El Brocense; y en 2015 obtuvo el Premio Generación 2016.
Puede parecer casual, aunque es significativo, que Mutiu, nombre tras el que se esconde Ignacio Bautista Martínez, cursara Biblioteconomía y Documentación en la Universidad Carlos III antes de licenciarse en Bellas Artes en la Universidad Complutense de Madrid. Se traduce en su interés por el archivo y la catalogación de pequeños hechos cotidianos que descontextualiza y a los que confiere una nueva lectura, muchas veces crítica. Al artista le gusta observar los comportamientos que tenemos ante las cosas que nos pasan y cuestionar todo aquello que se da por hecho, tratando de verlo desde nuevos puntos de vista. Las imágenes que encuentra en la prensa o en internet le sirven para reflexionar sobre el papel que se le ha otorgado en la modernidad a la obra de arte como representación de lo real, que hoy vive condicionada por los medios de comunicación. Aunque la presentación muchas veces enfatiza el sentido poético y lúdico, el artista lanza mensajes mucho más políticos, como el control de la acción personal, el dominio de las libertades o la capacidad de moldear los gestos que nos singularizan como sujetos.
En sus obras, el artista infunde la sospecha. Nunca parece contarlo todo, pero manifiesta más de lo que aparenta. Altera la supuesta normalidad de las imágenes y arroja la duda sobre nuestra mirada, cambiando contextos y escalas, y provocando fisuras en el sistema convencional de la percepción. Un juego sutil y complejo de reajuste en el que siempre hay que despejar una incógnita. En palabras de Bautista: «Mi trabajo habla de esperar que algo pase, creer que no va a salir como se supone que sería lo correcto, y no obstante encontrar un aspecto poético en la contemplación del error».
Entre sus exposiciones destacan «Proyecto Iceberg», en Matadero (Madrid, 2012); «Casa Leibniz», en el Palacio de Santa Bárbara (Madrid, 2015); «Plan de regulación», en Cruce (Madrid, 2015); y «Generaciones 2016», en La Casa Encendida (Madrid, 2016). Mutiu ha sido premiado en varias ocasiones: consiguió una mención de honor en el Premio ABC de Arte en Arco (Madrid, 2009); en 2010 y 2014 fue galardonado con el Premio El Brocense; y en 2015 obtuvo el Premio Generación 2016.