Hijo de José Viñes Roda, ingeniero francés de origen catalán, y de María Soto, hija de un expresidente de Honduras, Hernando Viñes estuvo influido por las primeras vanguardias y fue partícipe de la Escuela de París junto a otros artistas españoles como Joaquín Peinado, con el que compartirá estudio, Pancho Cossío o Francisco Bores. Viñes se interesó por la pintura al visitar el Museo del Prado a los doce años, cuando su familia huyó del estallido de la Primera Guerra Mundial y se instaló en Madrid. Al regresar a su ciudad natal en 1919 y aconsejado por Picasso, se formó en los talleres de Arte Sacro del artista nabi Maurice Denis y de George Desvalières, y en la Académie de la Grande Chaumière. Más tarde asistió a las clases de André Lothe y trabajó en el taller de Gino Severini, donde entró en contacto con la pintura cubista. En 1923 recibió el encargo de realizar los decorados de la obra de Manuel de Falla El retablo de Maese Pedro junto a Manuel Ángeles Ortiz, y expuso en el Salón de Otoño de París con una obra de influencia picassiana. En 1931 se casó con Lulú Jourdain, que se convirtió en su musa y modelo habitual en obras de gran sensualidad y colorido. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial se refugió con su familia en la localidad francesa de San Juan de Luz. Su obra sintetiza influencias del cubismo y el fauvismo, que desarrolla principalmente en el género del paisaje y que traduce con un gran colorido y síntesis formal, jugando en muchas de sus obras con el recurso compositivo de la ventana, como cuadro dentro del cuadro, junto con aspectos del surrealismo poético influido por su amigo Luis Buñuel. En 1946 regresa a París y en las siguientes décadas se ve obligado a dar clases de guitarra para subsistir. En los años sesenta, tras una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1965 y firmar un contrato con la Galería Theo, su actividad profesional se relanza, dedicándose desde entonces principalmente al paisaje de las costas vascas y de la Bretaña francesa.
Viñes participó en históricas muestras como «El arte de la República española. Artistas ibéricos de la Escuela de París» (1946), que viaja a la Galería Nacional de Praga, la Galería de Moravia (Brno, Checoslovaquia) y la Galería de Artes Plásticas de Ostrava (Ostrava, Checoslovaquia). Destacan también las muestras individuales de su obra en centros como la Casa de España (París, 1983); el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander (1986); el Musée Bonnat (Bayona, Francia, 1987); la Galerie Barbizon (París, 1998 y 2000); la Fundación Telefónica (Madrid, 1999-2000); y Caja Duero (Valladolid y Salamanca, 2004, Cáceres, 2005). En 1988 le otorgaron la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del estado español.
Hijo de José Viñes Roda, ingeniero francés de origen catalán, y de María Soto, hija de un expresidente de Honduras, Hernando Viñes estuvo influido por las primeras vanguardias y fue partícipe de la Escuela de París junto a otros artistas españoles como Joaquín Peinado, con el que compartirá estudio, Pancho Cossío o Francisco Bores. Viñes se interesó por la pintura al visitar el Museo del Prado a los doce años, cuando su familia huyó del estallido de la Primera Guerra Mundial y se instaló en Madrid. Al regresar a su ciudad natal en 1919 y aconsejado por Picasso, se formó en los talleres de Arte Sacro del artista nabi Maurice Denis y de George Desvalières, y en la Académie de la Grande Chaumière. Más tarde asistió a las clases de André Lothe y trabajó en el taller de Gino Severini, donde entró en contacto con la pintura cubista. En 1923 recibió el encargo de realizar los decorados de la obra de Manuel de Falla El retablo de Maese Pedro junto a Manuel Ángeles Ortiz, y expuso en el Salón de Otoño de París con una obra de influencia picassiana. En 1931 se casó con Lulú Jourdain, que se convirtió en su musa y modelo habitual en obras de gran sensualidad y colorido. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial se refugió con su familia en la localidad francesa de San Juan de Luz. Su obra sintetiza influencias del cubismo y el fauvismo, que desarrolla principalmente en el género del paisaje y que traduce con un gran colorido y síntesis formal, jugando en muchas de sus obras con el recurso compositivo de la ventana, como cuadro dentro del cuadro, junto con aspectos del surrealismo poético influido por su amigo Luis Buñuel. En 1946 regresa a París y en las siguientes décadas se ve obligado a dar clases de guitarra para subsistir. En los años sesenta, tras una retrospectiva en el Museo de Arte Moderno de Madrid en 1965 y firmar un contrato con la Galería Theo, su actividad profesional se relanza, dedicándose desde entonces principalmente al paisaje de las costas vascas y de la Bretaña francesa.
Viñes participó en históricas muestras como «El arte de la República española. Artistas ibéricos de la Escuela de París» (1946), que viaja a la Galería Nacional de Praga, la Galería de Moravia (Brno, Checoslovaquia) y la Galería de Artes Plásticas de Ostrava (Ostrava, Checoslovaquia). Destacan también las muestras individuales de su obra en centros como la Casa de España (París, 1983); el Museo Municipal de Bellas Artes de Santander (1986); el Musée Bonnat (Bayona, Francia, 1987); la Galerie Barbizon (París, 1998 y 2000); la Fundación Telefónica (Madrid, 1999-2000); y Caja Duero (Valladolid y Salamanca, 2004, Cáceres, 2005). En 1988 le otorgaron la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes del estado español.