También conocido como Gianmaria Morlaiter, su origen familiar se encuentra en la Val Pusteria, en los Alpes. Tuvo dos hijos también artistas, Michelangelo, pintor, y Gregorio, escultor. Se formó con el escultor veneciano Alvise Tagliapietra e inició su actividad profesional en la segunda década del siglo XVIII, ya con un lenguaje tardobarroco cercano al rococó de gran virtuosismo técnico; fundamentalmente es conocido por el desarrollo de sus paños. Fue miembro fundador (1750), director (1756) y profesor (1760) de la Academia de Bellas Artes de Venecia. Morlaiter no solo trabajó en su ciudad natal, donde realizó un gran número de encargos en aquellos momentos pujantes económicamente gracias al comercio, sino que también produjo obras en Brescia, Padua, Treviso, Graz, Dubrovnik, Split y San Petersburgo.
Siguiendo a Francesco Sorce, podemos listar algunas de sus obras más importantes: Presentación de María y de San Agustín en la iglesia de San Ignacio (Dubrovnik, Croacia, 1730); El milagro de la mula y Aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua en la iglesia de Santa Lucía (Venecia, 1730); Disputa de Jesús en el templo en la capilla del Rosario de la Basílica de San Juan y San Pablo (Venecia, 1735); Santa Escolástica y San Benito en la iglesia de los Santos Biagio y Cataldo de Giudecca (Venecia, 1735); la decoración escultórica de la iglesia de la Compañía de Jesús (c. 1740-1750); los bustos del Papa Benedicto XIV y del cardenal Rezzonico en la Basílica de Santa María de la Asunción (Padua, 1746); las figuras de San Jerónimo Emiliani y el beato Peter Acotanto en la iglesia de San Roque (Venecia, 1765); o las estatuas Fortaleza y Prudencia del Palacio de Gátchina (Rusia, 1766).
También conocido como Gianmaria Morlaiter, su origen familiar se encuentra en la Val Pusteria, en los Alpes. Tuvo dos hijos también artistas, Michelangelo, pintor, y Gregorio, escultor. Se formó con el escultor veneciano Alvise Tagliapietra e inició su actividad profesional en la segunda década del siglo XVIII, ya con un lenguaje tardobarroco cercano al rococó de gran virtuosismo técnico; fundamentalmente es conocido por el desarrollo de sus paños. Fue miembro fundador (1750), director (1756) y profesor (1760) de la Academia de Bellas Artes de Venecia. Morlaiter no solo trabajó en su ciudad natal, donde realizó un gran número de encargos en aquellos momentos pujantes económicamente gracias al comercio, sino que también produjo obras en Brescia, Padua, Treviso, Graz, Dubrovnik, Split y San Petersburgo.
Siguiendo a Francesco Sorce, podemos listar algunas de sus obras más importantes: Presentación de María y de San Agustín en la iglesia de San Ignacio (Dubrovnik, Croacia, 1730); El milagro de la mula y Aparición del Niño Jesús a San Antonio de Padua en la iglesia de Santa Lucía (Venecia, 1730); Disputa de Jesús en el templo en la capilla del Rosario de la Basílica de San Juan y San Pablo (Venecia, 1735); Santa Escolástica y San Benito en la iglesia de los Santos Biagio y Cataldo de Giudecca (Venecia, 1735); la decoración escultórica de la iglesia de la Compañía de Jesús (c. 1740-1750); los bustos del Papa Benedicto XIV y del cardenal Rezzonico en la Basílica de Santa María de la Asunción (Padua, 1746); las figuras de San Jerónimo Emiliani y el beato Peter Acotanto en la iglesia de San Roque (Venecia, 1765); o las estatuas Fortaleza y Prudencia del Palacio de Gátchina (Rusia, 1766).