En 1969 se trasladó a Barcelona para estudiar en la Universidad Central, donde posteriormente ejerció de profesor de Historia del Arte. Su actividad artística se inició en torno al arte conceptual, que abandonó a finales de los setenta para dedicarse exclusivamente a la pintura, convirtiéndose a partir de entonces en uno de los máximos representantes a nivel internacional del denominado «retorno a la pintura» de los años ochenta, con una obra de tendencia neoexpresionista e influjos de Joan Miró, Paul Klee, el art brut, las culturas primitivas orientales o las expresiones urbanas como el grafiti. Sus obras de los años ochenta desarrollan un universo sígnico personal de formas fácilmente identificables, con presencias antropomórficas muchas veces reducidas a siluetas y referencias textuales que aluden al propio artista y a su obra, en combinaciones y composiciones fuertemente crípticas, pero con una gran carga expresiva, sobre fondos indefinidos de color. A finales de los ochenta tiende cada vez más a la abstracción en formas sintéticas, dominadas por la línea, el círculo, los puntos, la espiral y las flechas, como formas de energía en espacios indefinidos, ejecutadas mediante punteados, goteos y manchas que, con el cambio de siglo, se acentúan en puras constelaciones de color sobre fondos neutros.
Sus primeras series, como Déus (1981) o posteriormente Ruc (1987), lo situaron en el panorama internacional, participando en la Bienal de Venecia (1986) y el Prospect Frankfurt (Fráncfort, Alemania, 1986), la Documenta 8 (Kassel, Alemania, 1987) y la Bienal de São Paulo (1996). Destacan sus exposiciones individuales en el Museo Reina Sofía (Madrid, 1989); el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1996); el Centre del Carme del IVAM (València, 1998); el Museo Patio Herreriano (Valladolid, 2010); y el Irish Museum of Modern Art (Dublín, 2010).
En 1969 se trasladó a Barcelona para estudiar en la Universidad Central, donde posteriormente ejerció de profesor de Historia del Arte. Su actividad artística se inició en torno al arte conceptual, que abandonó a finales de los setenta para dedicarse exclusivamente a la pintura, convirtiéndose a partir de entonces en uno de los máximos representantes a nivel internacional del denominado «retorno a la pintura» de los años ochenta, con una obra de tendencia neoexpresionista e influjos de Joan Miró, Paul Klee, el art brut, las culturas primitivas orientales o las expresiones urbanas como el grafiti. Sus obras de los años ochenta desarrollan un universo sígnico personal de formas fácilmente identificables, con presencias antropomórficas muchas veces reducidas a siluetas y referencias textuales que aluden al propio artista y a su obra, en combinaciones y composiciones fuertemente crípticas, pero con una gran carga expresiva, sobre fondos indefinidos de color. A finales de los ochenta tiende cada vez más a la abstracción en formas sintéticas, dominadas por la línea, el círculo, los puntos, la espiral y las flechas, como formas de energía en espacios indefinidos, ejecutadas mediante punteados, goteos y manchas que, con el cambio de siglo, se acentúan en puras constelaciones de color sobre fondos neutros.
Sus primeras series, como Déus (1981) o posteriormente Ruc (1987), lo situaron en el panorama internacional, participando en la Bienal de Venecia (1986) y el Prospect Frankfurt (Fráncfort, Alemania, 1986), la Documenta 8 (Kassel, Alemania, 1987) y la Bienal de São Paulo (1996). Destacan sus exposiciones individuales en el Museo Reina Sofía (Madrid, 1989); el Museu d’Art Contemporani de Barcelona (1996); el Centre del Carme del IVAM (València, 1998); el Museo Patio Herreriano (Valladolid, 2010); y el Irish Museum of Modern Art (Dublín, 2010).