Fábrica Nacional de Tapices

PERIODO ACTIVO 1931 - 1939

Por: Antonio Sama

La Fábrica Nacional de Tapices es la marca con la que opera la histórica Real Fábrica de Tapices durante el período de tiempo que coincide con la Segunda República española. No se conoce ningún decreto o disposición legal republicana por la que se sancione de manera oficial el cambio de denominación, pero las alfombras salidas de la fábrica de la calle Fuenterrabía llevan ya desde el año 1931 la firma “Fábrica Nacional de Tapices”. Esto prueba que el cambio de nombre es anterior a la incautación de la manufactura por parte del Consejo de Administración del Patrimonio de la República. Esta se produjo después de la sublevación del 18 de julio y del comienzo de la Guerra Civil: mediante decreto publicado en la Gaceta de Madrid el 24 de septiembre de 1936 se procedía a la destitución del hasta entonces director Livinio Stuyck Millenet, mientras que otro del 27 del mismo mes declaraba la incautación y el nombramiento como Director administrativo a Manuel Navarro Boto.

Ya casi al final de la contienda, Manuel Navarro es cesado (1 de marzo de 1939) y la propiedad de la Fábrica vuelve a los hermanos Gabino y Miguel Stuyck San Martín según acta firmada el 29 de marzo de 1939.

Durante estos ocho años (abril de 1931 - marzo de 1939), la manufactura madrileña atraviesa por tiempos convulsos que afectan gravemente a su actividad fabril y llegan, incluso, a poner en riesgo su propia supervivencia. Por entonces los telares de Atocha se centran fundamentalmente en la fabricación de alfombras, ya que la demanda de tapices ha descendido radicalmente. La producción de tejidos de nudo venía siendo desde el siglo XIX una sección emergente dentro de la industria dirigida por los Stuyck, de manera que cada vez fue más frecuente que se incorporara la referencia a estos en su título. Un ejemplo de ello es que Miguel Utrillo titulara su monografía de 1932 La Manufactura Nacional de Alfombras y Tapices de Madrid.

Sin embargo, en 1933 la crisis de producción había alcanzado a todas las secciones de la manufactura. Ante esta situación, el gobierno de la República decide financiar y encargar a la Fábrica Nacional la restauración y reproducción de los famosos tapices góticos de la colegiata de Pastrana (Guadalajara), lo cual constituirá el principal sustento de aquella durante los duros años de la Guerra Civil.