Estudió Arte en París y es licenciada en Ciencias Sociales y Periodismo.
A principios de la década de 1960 creó junto a José Antonio Sistiaga el Taller de Libre Expresión. A partir de 1967, Esther Ferrer se integra en el grupo Zaj, un colectivo experimental fundado por Ramón Barce, Juan Hidalgo y Walter Marchetti que, partiendo de parámetros musicales, se servían de la acción, el happening o el mail-art. Invitados por John Cage, realizan innumerables performances en Estados Unidos, tras cuyo viaje la artista decide no residir en la España franquista y se exilia en Francia. Desde el país vecino, Ferrer continúa con Zaj hasta su disolución en 1996, si bien, al mismo tiempo, mantenía una trayectoria creativa personal: desde la década de 1970 su actividad accionista se vería acompañada de una profusa producción plástica que cuenta con fotografía, instalaciones, pinturas y objetos; se trata de recursos que pueden jugar un papel, bien como obra documental de acciones, bien como detonantes de las acciones.
Ferrer, como artista ligada al movimiento Fluxus, desarrolla su obra desde el humor y la poética de lo absurdo: «Para definir mi trabajo a veces uso una expresión que me gusta mucho: “el rigor del absurdo”», declara. En su obra explora el tiempo dentro y fuera de la obra, la memoria, el movimiento, el infinito —con los números primos y la repetición—; se trata de una búsqueda de entendimiento de la realidad trufada de discursos ideológicos sociales y feministas.
Esther Ferrer representó en el año 1999 a España en la Bienal de Venecia junto a Manolo Valdés. Es Premio Nacional de Artes Plásticas en 2008 y Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2014.
Su trayectoria cuenta con un gran número de exposiciones y participaciones en conciertos y festivales de accionismo, como por ejemplo en el Chateâu de Nancel (Francia, 1974); la Fundació Miró (Barcelona, 1984); el Centre Georges Pompidou (París, 1986); el Museo Reina Sofía (Madrid, 1994 y 2017); la Fundació Tàpies (Barcelona, 1997); el Centre international de poésie de Marseille (Marsella, Francia, 1998); el Museet for Samtidskunst (Roskilde, Dinamarca, 2000); la Fundación Rey Alfonso Henriques (Toro, Zamora, 2003); el Museo Universitario de Ciencia y Arte (Ciudad de México, 2007); la Galería Trinta (Santiago de Compostela, 2008); el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz (2011); el Centro de Arte Tomás y Valiente (Fuenlabrada, Madrid, 2016); y el Museo Guggenheim Bilbao (2018).
Estudió Arte en París y es licenciada en Ciencias Sociales y Periodismo.
A principios de la década de 1960 creó junto a José Antonio Sistiaga el Taller de Libre Expresión. A partir de 1967, Esther Ferrer se integra en el grupo Zaj, un colectivo experimental fundado por Ramón Barce, Juan Hidalgo y Walter Marchetti que, partiendo de parámetros musicales, se servían de la acción, el happening o el mail-art. Invitados por John Cage, realizan innumerables performances en Estados Unidos, tras cuyo viaje la artista decide no residir en la España franquista y se exilia en Francia. Desde el país vecino, Ferrer continúa con Zaj hasta su disolución en 1996, si bien, al mismo tiempo, mantenía una trayectoria creativa personal: desde la década de 1970 su actividad accionista se vería acompañada de una profusa producción plástica que cuenta con fotografía, instalaciones, pinturas y objetos; se trata de recursos que pueden jugar un papel, bien como obra documental de acciones, bien como detonantes de las acciones.
Ferrer, como artista ligada al movimiento Fluxus, desarrolla su obra desde el humor y la poética de lo absurdo: «Para definir mi trabajo a veces uso una expresión que me gusta mucho: “el rigor del absurdo”», declara. En su obra explora el tiempo dentro y fuera de la obra, la memoria, el movimiento, el infinito —con los números primos y la repetición—; se trata de una búsqueda de entendimiento de la realidad trufada de discursos ideológicos sociales y feministas.
Esther Ferrer representó en el año 1999 a España en la Bienal de Venecia junto a Manolo Valdés. Es Premio Nacional de Artes Plásticas en 2008 y Premio Velázquez de Artes Plásticas en 2014.
Su trayectoria cuenta con un gran número de exposiciones y participaciones en conciertos y festivales de accionismo, como por ejemplo en el Chateâu de Nancel (Francia, 1974); la Fundació Miró (Barcelona, 1984); el Centre Georges Pompidou (París, 1986); el Museo Reina Sofía (Madrid, 1994 y 2017); la Fundació Tàpies (Barcelona, 1997); el Centre international de poésie de Marseille (Marsella, Francia, 1998); el Museet for Samtidskunst (Roskilde, Dinamarca, 2000); la Fundación Rey Alfonso Henriques (Toro, Zamora, 2003); el Museo Universitario de Ciencia y Arte (Ciudad de México, 2007); la Galería Trinta (Santiago de Compostela, 2008); el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo de Vitoria-Gasteiz (2011); el Centro de Arte Tomás y Valiente (Fuenlabrada, Madrid, 2016); y el Museo Guggenheim Bilbao (2018).