Tras su años de formación en la Escuela de Bellas Artes en Buenos Aires (1983-1985) y su participación en 1987 en el denominado Grupo de la X, un colectivo de artistas congregados alrededor del escultor Enio Iommi, Ernesto Ballesteros realizó su primera muestra individual en el año 1990 en el Centro de Arte y Comunicación en la capital argentina.
Su producción se caracteriza por el uso del dibujo monocromo, así como por el empleo de composiciones que reflejan las relaciones entre arte y ciencia y, especialmente, sus conocimientos de astronomía, disciplina por la que demuestra un interés temprano. Alrededor del año 2000, Ballesteros comienza a trabajar con luz mediante dispositivos que incluyen bombillas eléctricas o a través de fotografías intervenidas en las que oculta las fuentes de iluminación (naturales y artificiales) captadas con su cámara.
Otros grupos de trabajos posteriores son las series de dibujos y murales elaborados en grupo o las acciones que lleva a cabo con un avión de aeromodelismo, recorriendo espacios vinculados con el sistema del arte. Entre otros, el «vuelo de interior» realizado en el espacio de la Sucrière en la Bienal de Lyon (2011) y en el Arsenale de la Bienal de Venecia (2015). Aviones que se sustituyen por otros elementos aún más frágiles en la serie Campeonatos de avioncitos de papel organizada por Ballesteros en la Bienal de Puerto Rico (2004) o en la Residencia Internacional de Artistas, Fundación Civitella-Rainieri (Umbría, Italia, 2007).
La obra de Ballesteros ha sido expuesta de manera individual en varias instituciones bonaerenses: el Museo de Arte Moderno (2007); el Instituto de Cooperación Iberoamericana (2000); y el Centro de Arte y Comunicación (1990). De forma colectiva su trabajo se ha mostrado en la Fundación Proa (Buenos Aires, 2013); en la Bienal de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia, 2008-2009); el Museo de Arte de Pereyra (Colombia, 2008-2009); y, en varias ocasiones, en el Centro Cultural Recoleta y el Centro Cultural Borges, ambos en Buenos Aires.
Tras su años de formación en la Escuela de Bellas Artes en Buenos Aires (1983-1985) y su participación en 1987 en el denominado Grupo de la X, un colectivo de artistas congregados alrededor del escultor Enio Iommi, Ernesto Ballesteros realizó su primera muestra individual en el año 1990 en el Centro de Arte y Comunicación en la capital argentina.
Su producción se caracteriza por el uso del dibujo monocromo, así como por el empleo de composiciones que reflejan las relaciones entre arte y ciencia y, especialmente, sus conocimientos de astronomía, disciplina por la que demuestra un interés temprano. Alrededor del año 2000, Ballesteros comienza a trabajar con luz mediante dispositivos que incluyen bombillas eléctricas o a través de fotografías intervenidas en las que oculta las fuentes de iluminación (naturales y artificiales) captadas con su cámara.
Otros grupos de trabajos posteriores son las series de dibujos y murales elaborados en grupo o las acciones que lleva a cabo con un avión de aeromodelismo, recorriendo espacios vinculados con el sistema del arte. Entre otros, el «vuelo de interior» realizado en el espacio de la Sucrière en la Bienal de Lyon (2011) y en el Arsenale de la Bienal de Venecia (2015). Aviones que se sustituyen por otros elementos aún más frágiles en la serie Campeonatos de avioncitos de papel organizada por Ballesteros en la Bienal de Puerto Rico (2004) o en la Residencia Internacional de Artistas, Fundación Civitella-Rainieri (Umbría, Italia, 2007).
La obra de Ballesteros ha sido expuesta de manera individual en varias instituciones bonaerenses: el Museo de Arte Moderno (2007); el Instituto de Cooperación Iberoamericana (2000); y el Centro de Arte y Comunicación (1990). De forma colectiva su trabajo se ha mostrado en la Fundación Proa (Buenos Aires, 2013); en la Bienal de Santa Cruz de la Sierra (Bolivia, 2008-2009); el Museo de Arte de Pereyra (Colombia, 2008-2009); y, en varias ocasiones, en el Centro Cultural Recoleta y el Centro Cultural Borges, ambos en Buenos Aires.