De origen humilde pero protegido por el marqués de Cubas, Salaverría se formó en la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián, trasladándose a Madrid en 1897 para cursar estudios en la Escuela de San Fernando con una beca de la Diputación de Gipuzkoa, donde fue discípulo de Alejandro Ferrant y Luis Menéndez Pidal, que lo orientó decisivamente. Obtuvo terceras medallas en las exposiciones nacionales de 1906 y 1908. En 1908 viajó a París y en 1912 presentó en la Exposición Nacional La procesión del Corpus en Lezo, que le valió la Primera Medalla y Medalla de Oro en la Internacional de Múnich de 1913. En 1915 realizó una exposición de sus obras en el Palacio de Bellas Artes de Donostia/San Sebastián, formada por retratos y lienzos de grandes composiciones; alcanzó la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Panamá. La Diputación de Gipuzkoa le encargó un San Ignacio, que presentó en la Exposición Nacional de 1917, levantando cierta polémica por su escenografía y realismo. Pintó también temas de historia como La ofrenda de Elcano (1922) para conmemorar el cuarto centenario de la primera vuelta al mundo. Expuso en Madrid su Proclamación de la Virgen de Aránzazu en la Sala del Museo de Arte Moderno en 1925. Realizó además importantes retratos. En 1944 fue nombrado académico de San Fernando para ocupar la vacante de Moreno Carbonero. Murió a consecuencia de una caída desde el andamio en el que pintaba en la iglesia de San Francisco el Grande en Madrid.
De origen humilde pero protegido por el marqués de Cubas, Salaverría se formó en la Escuela de Artes y Oficios de San Sebastián, trasladándose a Madrid en 1897 para cursar estudios en la Escuela de San Fernando con una beca de la Diputación de Gipuzkoa, donde fue discípulo de Alejandro Ferrant y Luis Menéndez Pidal, que lo orientó decisivamente. Obtuvo terceras medallas en las exposiciones nacionales de 1906 y 1908. En 1908 viajó a París y en 1912 presentó en la Exposición Nacional La procesión del Corpus en Lezo, que le valió la Primera Medalla y Medalla de Oro en la Internacional de Múnich de 1913. En 1915 realizó una exposición de sus obras en el Palacio de Bellas Artes de Donostia/San Sebastián, formada por retratos y lienzos de grandes composiciones; alcanzó la Medalla de Oro en la Exposición Universal de Panamá. La Diputación de Gipuzkoa le encargó un San Ignacio, que presentó en la Exposición Nacional de 1917, levantando cierta polémica por su escenografía y realismo. Pintó también temas de historia como La ofrenda de Elcano (1922) para conmemorar el cuarto centenario de la primera vuelta al mundo. Expuso en Madrid su Proclamación de la Virgen de Aránzazu en la Sala del Museo de Arte Moderno en 1925. Realizó además importantes retratos. En 1944 fue nombrado académico de San Fernando para ocupar la vacante de Moreno Carbonero. Murió a consecuencia de una caída desde el andamio en el que pintaba en la iglesia de San Francisco el Grande en Madrid.