Darío Urzay se licenció en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco, institución en la que ejerció como docente entre 1983 y 1987. Con posterioridad, vivió y trabajó en Londres y Nueva York, regresando a Bilbao a finales de los años noventa. En 1983 fue galardonado con el Premio Gure Artea del Gobierno Vasco y en 2005 con el Premio Nacional de Arte Gráfico, por citar tan solo algunas de los menciones obtenidas a lo largo de su trayectoria profesional.
Urzay considera «que el arte debe actuar en un mundo abierto, no excluyente, un mundo de cambios y simbiosis continuas, donde la poética personal y la observación se retroalimentan para inducir nuevas formas de conocimiento y comunicación». Su producción, que se extiende a lo largo de casi cuatro décadas, hace uso del lenguaje de la abstracción para confrontar la realidad compleja que nos rodea. Desde el análisis más exhaustivo de los aspectos técnicos que intervienen en la construcción de la imagen —y que incluye desde la investigación de los procedimientos más tradicionales de la pintura hasta medios como la fotografía y la imagen digital—, la propuesta de Darío Urzay ha sido definida por la crítica como el espacio de un «alquimista». Un trabajo en el que se cruzan campos referenciales tan diversos como el de la geografía, la biología, la química, la programación informática y la iconografía aplicada. Entre sus exposiciones individuales se encuentran las realizadas en la Galería Maior (Palma, 2015); la Galería Juan Silió (Santander, 2014); la Galería Pilar Serra (Madrid, 2011 y 2014); y el Museo ICO (Madrid, 2009). Además, ha tomado parte en distintas muestras colectivas como las presentadas en el CentroCentro Cibeles (Madrid, 2015); el Museo Guggenheim Bilbao (2014); Es Baluards (Palma, 2014); el Museo Patio Herreriano (Valladolid, 2014) y el Museo Reina Sofía (Madrid, 2010).
Darío Urzay se licenció en Bellas Artes en la Universidad del País Vasco, institución en la que ejerció como docente entre 1983 y 1987. Con posterioridad, vivió y trabajó en Londres y Nueva York, regresando a Bilbao a finales de los años noventa. En 1983 fue galardonado con el Premio Gure Artea del Gobierno Vasco y en 2005 con el Premio Nacional de Arte Gráfico, por citar tan solo algunas de los menciones obtenidas a lo largo de su trayectoria profesional.
Urzay considera «que el arte debe actuar en un mundo abierto, no excluyente, un mundo de cambios y simbiosis continuas, donde la poética personal y la observación se retroalimentan para inducir nuevas formas de conocimiento y comunicación». Su producción, que se extiende a lo largo de casi cuatro décadas, hace uso del lenguaje de la abstracción para confrontar la realidad compleja que nos rodea. Desde el análisis más exhaustivo de los aspectos técnicos que intervienen en la construcción de la imagen —y que incluye desde la investigación de los procedimientos más tradicionales de la pintura hasta medios como la fotografía y la imagen digital—, la propuesta de Darío Urzay ha sido definida por la crítica como el espacio de un «alquimista». Un trabajo en el que se cruzan campos referenciales tan diversos como el de la geografía, la biología, la química, la programación informática y la iconografía aplicada. Entre sus exposiciones individuales se encuentran las realizadas en la Galería Maior (Palma, 2015); la Galería Juan Silió (Santander, 2014); la Galería Pilar Serra (Madrid, 2011 y 2014); y el Museo ICO (Madrid, 2009). Además, ha tomado parte en distintas muestras colectivas como las presentadas en el CentroCentro Cibeles (Madrid, 2015); el Museo Guggenheim Bilbao (2014); Es Baluards (Palma, 2014); el Museo Patio Herreriano (Valladolid, 2014) y el Museo Reina Sofía (Madrid, 2010).