Nacido en una familia de escultores, recibió su formación más importante de su propio padre y destacó fundamentalmente como imaginero. Christoph Daniel Schenck trabajó básicamente en las regiones meridionales de Alemania y las septentrionales de Suiza, en las zonas cercanas al lago Constanza. Se especializó en la talla de piezas en maderas de haya y marfil; también llevó a cabo monumentales piezas de altar y retablos. Supo aprovechar en los inicios de su trayectoria profesional, que coincidieron con los años de la Contrarreforma, la fuerte demanda y la premura que había en la restauración y redecoración de iglesias y monasterios. Su trabajo bebe precisamente de los discursos que, a partir de los dictados de san Ignacio de Loyola, aunaban naturalismo, emoción y retórica, por lo cual todos los elementos de sus figuras, desde los ropajes hasta los gestos o las actitudes, enfatizan de forma dramática el encuentro de una relación empática con el feligrés a través de pasiones como el arrepentimiento, la angustia, el lamento o el dolor del martirio.
Son suyas las obras: Cristo con ángeles (iglesia de San Lorenzo, Tengen, Alemania, 1650); El arcángel Miguel vence a Satanás (c. 1645); Magdalena penitente (1679); San Pedro Penitente (1585) y La conversión de san Pablo (hoy ambas en el J. Paul Getty Museum, Los Ángeles, Estados Unidos, 1685); El luto de la Virgen al pie de la cruz; o el altar de la catedral de Constanza, entre otras.
Nacido en una familia de escultores, recibió su formación más importante de su propio padre y destacó fundamentalmente como imaginero. Christoph Daniel Schenck trabajó básicamente en las regiones meridionales de Alemania y las septentrionales de Suiza, en las zonas cercanas al lago Constanza. Se especializó en la talla de piezas en maderas de haya y marfil; también llevó a cabo monumentales piezas de altar y retablos. Supo aprovechar en los inicios de su trayectoria profesional, que coincidieron con los años de la Contrarreforma, la fuerte demanda y la premura que había en la restauración y redecoración de iglesias y monasterios. Su trabajo bebe precisamente de los discursos que, a partir de los dictados de san Ignacio de Loyola, aunaban naturalismo, emoción y retórica, por lo cual todos los elementos de sus figuras, desde los ropajes hasta los gestos o las actitudes, enfatizan de forma dramática el encuentro de una relación empática con el feligrés a través de pasiones como el arrepentimiento, la angustia, el lamento o el dolor del martirio.
Son suyas las obras: Cristo con ángeles (iglesia de San Lorenzo, Tengen, Alemania, 1650); El arcángel Miguel vence a Satanás (c. 1645); Magdalena penitente (1679); San Pedro Penitente (1585) y La conversión de san Pablo (hoy ambas en el J. Paul Getty Museum, Los Ángeles, Estados Unidos, 1685); El luto de la Virgen al pie de la cruz; o el altar de la catedral de Constanza, entre otras.