Se formó artísticamente en el taller de su padre, el pintor Vicente López Portaña (1772-1850), logrando vincularse oficialmente con la Corona y colaborando en distintos trabajos con su progenitor en el Palacio Real de Madrid. En 1814 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que obtuvo el título de académico de mérito de esta en 1825. Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, fue nombrado profesor de dibujo de Isabel II y poco después pintor de cámara de la reina.
Su producción artística se vio fuertemente influida por el estilo y la técnica de su padre. Destacó en el género del retrato, con obras como María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado (1829) o Isabel II (1850), aunque también realizó composiciones de temática religiosa como San Pascual Bailón adorando la Eucaristía (1811).
Se formó artísticamente en el taller de su padre, el pintor Vicente López Portaña (1772-1850), logrando vincularse oficialmente con la Corona y colaborando en distintos trabajos con su progenitor en el Palacio Real de Madrid. En 1814 ingresó en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en la que obtuvo el título de académico de mérito de esta en 1825. Tras la muerte de Fernando VII, en 1833, fue nombrado profesor de dibujo de Isabel II y poco después pintor de cámara de la reina.
Su producción artística se vio fuertemente influida por el estilo y la técnica de su padre. Destacó en el género del retrato, con obras como María Isabel de Braganza como fundadora del Museo del Prado (1829) o Isabel II (1850), aunque también realizó composiciones de temática religiosa como San Pascual Bailón adorando la Eucaristía (1811).