Alfredo Sada

Falces (Navarra) 1950 - Falces (Navarra) 1992

Por: Beatriz Espejo

Uno de los escultores navarros más destacados de su generación, reconocido con el Premio Nacional de Escultura en 1991. De corta carrera, alcanzó un elevado nivel de desarrollo conceptual y técnico con una obra llena de poesía y dominio técnico. Su formación fue autodidacta hasta que en 1970 se matriculó en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios de Pamplona/Iruña. Los Encuentros de Pamplona de 1972 influyeron mucho en el modo de trabajar con la madera y romper los límites entre la escultura y el espacio que la acoge. Entre 1979 y 1981 sus esculturas experimentaron una mutación que lo llevan a desechar modelos icónicamente reconocibles para centrarse en una rotunda abstracción.

No fue hasta 1983 cuando tuvo lugar su primera exposición individual en Pamplona/Iruña. En aquel momento la piedra era el material por excelencia en su producción escultórica, si bien es cierto que en el ecuador de los años ochenta dio un fuerte giro estilístico y temático y comenzó a desarrollar unos discos y círculos que se retorcían sobre sí mismos al crear unas piezas más serenas y equilibradas, siendo fundamental en dicha evolución su inspiración en motivos arqueológicos. El gran cambio llegó con la utilización del plomo a partir de 1988, que coincidió con su paso por lo que fueron los Talleres de Arte Actual organizados por el Círculo de Bellas Artes de Madrid. Dicho metal le sirvió para recubrir unas esculturas cuya temática evocaba tiempos lejanos.

Sus obras forman parte de importantes colecciones como las de la Fundación Juan March, el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el Museo de Navarra y el Centro Cultural de París. Sus exposiciones individuales fueron escasas, aunque destacan la de la Sala de Cultura de la Caja de Ahorros de Navarra (Pamplona/Iruña, 1983), el Museo de la Rioja (Logroño, 1990) y la Galería Emilio Navarro (Madrid, 1990). La Caja de Ahorros Municipal de Pamplona ofreció una exposición póstuma de su obra en 1994.