La nueva exposición del Banco de España aborda el impacto del movimiento art déco en su sede principal de Cibeles
Hasta el 28 de marzo de 2026 tienes la oportunidad de ver en la Sala de Exposiciones del Banco de España (c/ Alcalá, nº 48, Madrid) la muestra Alegorías de un porvenir. Abre de martes a sábado de 11 a 14h y de 16 a 20h, y también los cuatro domingos del mes de diciembre de 11 a 14h. El acceso es gratuito, previa reserva
, y cuenta con un extenso programa de visitas comentadas gratuitas
, con sesiones específicas
, los sábados de 12:30h a 13:30h, para familias con niños y niñas de entre 6 y 12 años.
En ella se pone el foco en uno de los episodios más significativos de la historia de la institución: la ampliación que esta realizó de su sede central de Cibeles en la década de 1930, cuyo principal artífice fue el arquitecto navarro José Yárnoz Larrosa. Una intervención que dio lugar a la creación de dos de sus espacios arquitectónicos más emblemáticos ―el Patio de Operaciones y la Cámara del Oro― y que evidenca la voluntad del Banco por proyectar una imagen de modernidad, progreso y estabilidad en uno de los momentos más convulsos de la historia contemporánea. No en vano, ambos espacios fueron concebidos por el arquitecto y por el propio establecimiento bancario como símbolos de una nueva era que debía aunar lo funcional con lo representativo.
En la exposición se plantea que la ampliación proyectada por Yárnoz Larrosa, tanto la cuidadosa elección de los materiales ―acero, piedra, mármol, vidrio, latón pulido― como la decidida apuesta por recurrir a las técnicas constructivas más avanzadas de la época, respondían no solo a una lógica de eficiencia y permanencia, sino también a una voluntad de representar, desde la esfera institucional, los valores de la modernidad. Un cometido al que contribuye, igualmente, la adopción de un lenguaje visual como el art déco que, reinterpretando los estilos de vanguardia, en especial el cubismo, estaba transformando en esos años la imagen de las grandes metrópolis europeas y americanas.
Vista de sala de la exposición Alegorías de un porvenir
A través de un heterogéneo conjunto de obras artísticas, documentos y materiales de diversa índole ―bocetos, elementos de mobiliario, planos arquitectónicos, billetes, fotografías de archivo―, Alegorías de un porvenir concibe este episodio clave de la historia de nuestra institución como un activador para interrogar también las contradicciones y tensiones de una época en la que la modernidad se convirtió en un horizonte deseado y, al mismo tiempo, en un terreno de disputa. Es decir, en la muestra no se soslaya la dimensión política de las imágenes, confrontándonos al reverso de los relatos de las «alegorías del porvenir» ―la dureza de las condiciones laborales, la precariedad, la ausencia de protagonistas y autoras femeninas... ― y poniendo de relieve el papel histórico del arte institucional como herramienta de legitimación del poder.
En la exposición se presta una atención especial a las vidrieras que la Casa Maumejean diseñó para el Patio de Operaciones y que constituyen uno de los conjuntos decorativos más destacados del art déco institucional en Europa. Estas vidrieras, en las que se desarrolla un programa iconográfico que articula una visión del trabajo colectivo como fundamento estético e ideológico de la modernidad institucional, fueron cruciales para que Yárnoz Larrosa pudiera materializar, sin renunciar a la monumentalidad, su búsqueda de transparencia y diafanidad.
A este respecto cabe destacar que una de las grandes aportaciones de la exposición es que, gracias a un trabajo conjunto de colaboración entre el Banco de España, el Museo Nacional de Artes Decorativas
y la Fundación Centro Nacional del Vidrio
, se han podido localizar, estudiar y restaurar los cartones originales de dichas vidrieras, atribuidos a Albert Martorell, que ahora se presentan por primera vez de forma pública.
Vista de sala de la exposición Alegorías de un porvenir
Comisariada por Yolanda Romero, conservadora del Banco de España, y por el artista, curador e investigador Álvaro Perdices, Alegorías de un porvenir surge con un doble propósito. Por un lado, quiere contribuir a dar a conocer y poner en valor una selección de documentos, piezas artísticas y objetos patrimoniales ligados a un momento de gran relevancia en la historia del Banco de España y su tránsito hacia la modernidad. Por otro lado, aspira a abrir un espacio de reflexión crítica en torno a los relatos e imágenes que han dado forma a nuestra identidad colectiva, tratando de propiciar un diálogo entre la memoria institucional y las preguntas que atraviesan nuestro tiempo.
La muestra, fruto de una prolongada investigación colectiva en la que ha sido fundamental la colaboración inter-institucional, se complementa con un catálogo de 368 páginas, donde además de ofrecer amplia información de los objetos, obras y documentos expuestos, se incluye una selección de ensayos que nos permiten profundizar en las cuestiones y problemáticas que en ella se abordan.
Ámbitos temáticos de la exposición
Conformada por más de 150 piezas, gran parte de ellas inéditas, Alegorías de un provenir se organiza en cinco ámbitos temáticos diferenciados pero estrechamente interrelacionados entre sí, desplegándose como un ecosistema visual y narrativo que propone un contrapunto constante entre el deseo institucional y la experiencia colectiva, entre la iconografía y el documento, entre el arte y lo tangible.

Vista de sala de la exposición Alegorías de un porvenir
Territorio, progreso y sociedad, el primer ámbito de la muestra sitúa al visitante en el umbral de la década de 1930, presentando el entorno histórico y artístico en el que se desarrolla la ampliación del Banco de España que realiza Yarnoz Larrosa. En él se pueden ver una selección de obras artísticas de autores como Joaquín Sorolla, José Gutiérrez Solana, Ramón Casas i Carbó, Daniel Vázquez Díaz, Joaquín Torres García o Antoni Arissa, junto a documentos que dialogan con las figuras de las vidrieras de la Casa Maumejean, invitándonos a explorar la relación entre arte, trabajo y construcción nacional.
El segundo, El taller de Maumejean Hermanos, está dedicado de manera específica a las vidrieras que singularizaron el proyecto de ampliación, presentando una selección de los dibujos, bocetos y cartones que este taller generó y que nos permite reconstruir con minuciosidad el proceso de creación de este fascinante conjunto decorativo.
Alegorías de un porvenir, el apartado que da título a la muestra, incluye una selección de los cartones previos de los motivos de las vidrieras, atribuidos a Albert Martorell, así como los vitrales originales de la Agricultura y la Industria que acaban de ser restaurados. La confluencia de estos materiales en un solo espacio ha permitido armar una instalación de gran potencia visual que nos confronta a una lectura alegórica del trabajo como motor de progreso.
Vista de sala de la exposición Alegorías de un porvenir
El cuarto ámbito, Tecnología y seguridad, nos adentra en uno de los lugares más emblemáticos del edificio, la Cámara del Oro, poniendo de manifiesto que este recinto encarna una visión institucional del poder económico como valor sagrado, donde la seguridad deviene en símbolo y la custodia en ritual. Además de una selección de planos, dibujos y maquetas que documentan su proceso de construcción, incluye un friso fotográfico con imágenes, procedentes del Archivo Histórico del Banco de España
, que nos muestran a los trabajadores que contribuyeron a levantarla.
Finalmente, el quinto apartado, Una modernidad administrada, se centra en el diseño material y funcional de la ampliación del edificio de Cibeles de la mano de Yarnoz Larrosa, planteando que el proyecto materializaba una concepción de la arquitectura, donde cada elemento participa de una visión integral del edificio como símbolo de modernidad, eficiencia y autoridad. Una arquitectura pensada para durar, representar y proyectar una imagen de solidez en tiempos de incertidumbre y transformación.