Selva [Jungle]

Selva [Jungle]

  • 2010
  • Acrylic on canvas
  • 162 x 195 cm
  • Cat. P_819
  • Acquired in 2020
By:
Ángel Calvo Ulloa

La práctica pictórica de Antonio Ballester Moreno (Madrid, 1977) arranca en torno a 2006, tras algunos años desarrollando su actividad en el medio audiovisual decide cerrar un ciclo y comenzar a trabajar en una dirección que le permitía transmitir una aptitud emancipadora, de libertad, manejando como certeza irrenunciable el poder de la creatividad como cualidad común. Dentro de este proceso, y tras una fase inaugural que arranca con sendas exposiciones en Los Ángeles y Berlín, y con Gallo rojo, gallo negro (2008) en el MUSAC, el giro a la pintura surgirá no solo de una inquietud formal, sino también de una serie de lecturas que la conectaban con el pensamiento de autores como Henry David Thoreau o John Seymour, con la vuelta al medio natural y la autosuficiencia. Asimismo, aquellas pinturas ricamente coloreadas, de factura naif y temática popular, encerraban el deseo de, según él, «enseñarle a la gente lo fácil que es pintar, no hay que tener grandes pretensiones, solo hay que hacerlo. Pinta como si estuvieras hablando por teléfono».

Es en esa línea donde se inserta Selva, una de las pinturas incluidas en la exposición que Ballester Moreno realizó en 2010, bajo el título «ANTI», en la galería Peres Projects en Berlín. Una instalación cuyo montaje cubría en casi su totalidad las paredes del espacio, echando mano de representaciones estandarizadas de la historia del arte, generando una suerte de catálogo de temas que incorporaban la cotidianeidad, el medio natural, lo primitivo o incluso lo religioso, reforzando un interés creciente por presentar una mirada atravesada por el filtro de la infancia, por las alternativas ofrecidas por el anarquismo, y por un interés creciente en el arte popular que reivindica lo hecho a mano. Frente a esto, surge también un cuestionamiento a propósito de lo irrealizable que puede ser hoy en día ese deseo de instalarse en los márgenes del sistema, de una vuelta a la inocencia cada vez más condicionada. Selva y otras pinturas de ese período incorporarán, además, un asunto que lo ha acompañado a través de proyectos posteriores en los que la naturaleza, per se, deviene en preocupación y en tema.  

El proceso inaugurado por aquellas exposiciones que Ballester Moreno realizará entre 2008 y 2010, eclosionará en 2011, en una muestra que el artista tituló «No Future», y que desplegó en la galería Maisterravalbuena (Madrid) una amplia selección de dibujos propios pertenecientes a sus años de infancia, que confirmaban aquel giro iniciado un tiempo antes, el de una manera de proceder que daba la espalda a lo hecho hasta aquel instante. Ballester Moreno daba así carpetazo a su yo artista, inserido ya en un panorama y en un mercado del arte, para anunciar una suerte de retorno al principio, de búsqueda en un período más próximo a su yo analfabeto. En paralelo, el artista presentaba en La Casa Encendida (Madrid) un taller para adultos formados en artes visuales con la finalidad de ahondar en cuestiones como el desaprendizaje. No school, que así se tituló, surgía de la crítica a la educación institucionalizada, pero también de un interés por los procesos de enseñanza y de aprendizaje que surgirán como modo de entender la práctica artística como método educador de los sentidos. Este modo de hacer inaugurará la puesta en práctica de su interés por los procesos colaborativos, a través de métodos usualmente vinculados a la pedagogía, en los que un conjunto de escolares, aunque en ocasiones también de adultos —quizás por eso de que el juego no ha de ser patrimonio exclusivo de la infancia—, se convierten en los y las responsables de dar forma a una idea que, aunque inicialmente aportada por el artista, pronto comienza a diluirse en un proceso feliz y pretendidamente incontrolable.

Selva se inscribirá en ese contexto formal y conceptual que, si a priori pudiera calificarse de ingenuo y trivial, incorporará diversas capas que definirán su trabajo hasta hoy. Por un lado, un interés por los modelos de representación pictórica del medio natural que entronca con los patrones vegetales desarrollados por un movimiento como Arts & Crafts, ligado al diseño y a las artes decorativas, y surgido a finales del XIX en Inglaterra. Ballester Moreno trae así a colación los escritos de William Morris, figura clave de este movimiento, que defendía una vuelta a los modos manuales de hacer, frente a la pérdida de los procesos artesanales que había traído la industrialización. Pero obviamente esta reflexión no está exenta de cierta reflexión crítica a propósito de los modelos de inserción de la producción artesanal en el mercado capitalista.

Ángel Calvo Ulloa

 
By:
Roberto Díaz
Antonio Ballester Moreno
Madrid 1977

Antonio Ballester Moreno studied at the Universität der Künstein in Berlin under Professor Lothar Baumgarten from 2000 to 2002 and later graduated in Fine Arts from the Complutense University in Madrid. His early work centred on video, but since 2006 he has used mostly paint on canvas, collage, ballpoint, felt-tip, crayon and coloured pencil drawing on paper as the methods that he feels are best suited to his idea of creative freedom. He advocates the unlearning of cultural stereotypes and follows the premises of art brut in regarding ‘genuine’ forms of artistic expression such as children’s drawings, amateur art, folklore and craftsmanship as primal methods uncorrupted by consumer society. This results in highly colourful work and expressive use of colour, with flat, contrasting shapes and child-like brushstrokes —including childhood drawings of his own— in schematic figurative scenes. These scenes depict everyday themes, with a seamless relationship between mankind, the animal world and nature in a style consistent with the anti-establishment, anti-technology stance adopted by the artist.

Although his career has not been a long one, his work has been shown in solo exhibitions at galleries such as the Castilla y León Museum of Contemporary Art (León, 2008) and La Casa Encendida (Madrid, 2011 and 2017). In 2018 he took part in the Biennial in São Paulo as both an artist and the curator of the ‘Affective affinities’ exhibition. He has also exhibited at galleries in Los Angeles, Seoul, Berlin, Barcelona and Madrid and been involved in numerous group exhibitions and publications devoted to the latest trends in pictorial art.

Roberto Díaz