Javier Núñez Gasco (Salamanca, 1971) es un artista en constante evolución, con periodos de silencio que corresponden a etapas de estudio y desarrollo de nuevas obras. Sus trabajos son el resultado de procesos de investigación profunda, con formalizaciones que no siempre coinciden con los cánones tradicionales del arte. Fruto de su capacidad para observar la realidad desde otros puntos de vista, Núñez Gasco ha desarrollado una trayectoria en la que la sutileza de lo poético se mantiene latente en la innovación formal y conceptual.
La hipocresía social, la migración, la telebasura, la tecnología, el mercado del arte, la precariedad o el coleccionismo son algunos de los hilos que se entremezclan en el ovillo que Javier Núñez Gasco maneja en sus proyectos. Su implicación directa, performativa, es una característica que se repite con éxito en buena parte de sus trabajos, como la participación de los públicos que necesariamente los activa. Sus proyectos guardan una lógica entre sí, resultado de una dinámica que persigue crear realidades en lo social, pues se alimentan del contacto con lo diario.
De su colaboración en el ámbito teatral, en Lisboa, han surgido proyectos con formulaciones que generan una inhabitual mixtura entre las artes escénicas y las visuales. Durante los últimos años ha dirigido su atención hacia el impacto especulativo de las nuevas tecnologías en la creación, introduciendo otros valores con los que reformular las prácticas artísticas mediante experiencias Phygital, a través del incipiente mundo de la blockchain, NFTs, microchips, tokenización y contratos inteligentes.
Su obra ha sido merecedora de distinciones y premios y forma parte de numerosas colecciones, como la del Banco de España, Fundación Botín, Purificación García, Centro Ordóñez-Falcón de Fotografía, DA2 Domus Artium 2002, Banco Espirito Santo, Instituto de la Juventud, O Espaço do Tempo, Junta de Castilla y León, Centro Fotográfico Universidad de Salamanca o la Associação para a Difusão Internacional da Arte Contemporânea, entre otras.
Javier Núñez Gasco (Salamanca, 1971) es un artista en constante evolución, con periodos de silencio que corresponden a etapas de estudio y desarrollo de nuevas obras. Sus trabajos son el resultado de procesos de investigación profunda, con formalizaciones que no siempre coinciden con los cánones tradicionales del arte. Fruto de su capacidad para observar la realidad desde otros puntos de vista, Núñez Gasco ha desarrollado una trayectoria en la que la sutileza de lo poético se mantiene latente en la innovación formal y conceptual.
La hipocresía social, la migración, la telebasura, la tecnología, el mercado del arte, la precariedad o el coleccionismo son algunos de los hilos que se entremezclan en el ovillo que Javier Núñez Gasco maneja en sus proyectos. Su implicación directa, performativa, es una característica que se repite con éxito en buena parte de sus trabajos, como la participación de los públicos que necesariamente los activa. Sus proyectos guardan una lógica entre sí, resultado de una dinámica que persigue crear realidades en lo social, pues se alimentan del contacto con lo diario.
De su colaboración en el ámbito teatral, en Lisboa, han surgido proyectos con formulaciones que generan una inhabitual mixtura entre las artes escénicas y las visuales. Durante los últimos años ha dirigido su atención hacia el impacto especulativo de las nuevas tecnologías en la creación, introduciendo otros valores con los que reformular las prácticas artísticas mediante experiencias Phygital, a través del incipiente mundo de la blockchain, NFTs, microchips, tokenización y contratos inteligentes.
Su obra ha sido merecedora de distinciones y premios y forma parte de numerosas colecciones, como la del Banco de España, Fundación Botín, Purificación García, Centro Ordóñez-Falcón de Fotografía, DA2 Domus Artium 2002, Banco Espirito Santo, Instituto de la Juventud, O Espaço do Tempo, Junta de Castilla y León, Centro Fotográfico Universidad de Salamanca o la Associação para a Difusão Internacional da Arte Contemporânea, entre otras.