Ruta de San Mateo I
- 2001
- Acrílico sobre lienzo
- 185 x 140,5 cm
- Cat. P_671
- Adquirida en 2002
Gerardo Delgado es considerado uno de los artistas que, junto a José Ramón Sierra, Juan Suárez, Pepe Soto y Manuel Salinas, entre otros, sentó las bases de aquella abstracción sevillana que hacia mediados de los sesenta consiguió batir las corrientes más tradicionalistas empeñadas en perpetuar el realismo. Tras formarse como arquitecto, se introduce en el mundo del arte y, aunque en sus inicios el influjo de la obra de Carmen Laffón es muy evidente, su obra evolucionó progresivamente sobre la base de la abstracción y el diálogo con el público a través de propuestas modulares, aleatorias y participativas. Después de pasar por el Centro de Cálculo de Madrid, donde se reflexionaba en torno al hecho pictórico a través de la investigación del espacio y las posibilidades de modificarlo, en una línea entre Mark Rothko y Barnett Newman, Delgado retomó la pintura, fomentando lo que denominó un espacio antiformal o contraespacio. Se trata de una concepción del espacio que, partiendo de los preceptos del all over y lo aformal tan presentes en las obras de Frank Stella, Ellsworth Kelly, Lucio Fontana o Piero Manzoni, induce al artista a crear espacios envolventes a través de instalaciones de paredes articuladas filtrando la luz y el color.
Realizadas en dos períodos de investigación estilística separados por once años, El caminante - El visionario (1990) y la Ruta de san Mateo I (2001) son dos buenos ejemplos de la producción del artista en relación con la comprensión del espacio. Es decir, la mezcla entre la consciencia y la inconsciencia reveladora de los hilos subterráneos que hay tras un trabajo que, como este díptico El caminante - El visionario, no solo le permite combinar partes independientes sobre un mismo tema, sino evocar rumbos inesperados en favor de la espontaneidad y la abertura entre sus uniones hasta la abstracción más pura, geométrica y analítica de esta Ruta de san Mateo I, obra clave de la serie titulada Rutas por cuanto que supone la inundación completa del cuadro de esa red geométrica que, a la manera de un espacio indiferenciado, se relacionaba con la figura en obras anteriores de la misma serie.
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